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La piel es uno de los órganos más importantes de nuestro cuerpo y actúa como barrera protectora de nuestro organismo, aislándolo de las agresiones externas. Pero no toda la piel que nos cubre es la misma, dependiendo su localización la estructura y el comportamiento de la misma puede variar. Nos centraremos en la zona facial, cuya piel se encuen...
La piel es uno de los órganos más importantes de nuestro cuerpo y actúa como barrera protectora de nuestro organismo, aislándolo de las agresiones externas. Pero no toda la piel que nos cubre es la misma, dependiendo su localización la estructura y el comportamiento de la misma puede variar. Nos centraremos en la zona facial, cuya piel se encuentra más expuesta a factores externos.
El aspecto de nuestro rostro es un perfecto indicativo de nuestro estado de salud y de ánimo. Los signos de envejecimiento también se observan principalmente en la piel facial y pueden causar problemas de confianza a la persona que lo comienza a sufrir. Todo el mundo desea mantener el cutis facial en las mejores condiciones y si visitas nuestra parafarmacia online descubrirás los mejores tratamientos faciales para que tu rostro luzca radiante y rebose juventud.
De una persona a otro el estado y el tipo de piel varía. Puede resumirse en cinco, aunque para cada persona pueden aparecer matices que hagan que su piel tenga características de más de un tipo. A continuación redactaremos las peculiaridades de cada tipo de piel para que sepas diagnosticar tu caso:
- Poros muy dilatados.
- Presenta una tez brillante.
- Mala circulación sanguínea que hace a la piel estar apagada.
- Engrosamiento.
- Descamación de la piel.
- Sensación de tirantez y posible picor.
- Áspera y con aspecto apagado.
- Envejecimiento más rápido.
- Poros finos.
- Buena circulación sanguínea.
- Color uniforme y rosáceo.
- Textura lisa.
- Zona T (frente, nariz y mentón).
- En esa zona los poros están muy dilatados.
- El resto del rostro presenta características de una piel normal.
- Deshidratación.
- Áspera y con escamas.
- Presenta irritación, picor, hinchazón… con mucha facilidad.
Existen muchos factores que pueden hacer que el tipo de piel de una persona varíe: cambio de estación, edad, contaminación, estados hormonales, estilo de vida…. Así que es muy importante tener presente que no siempre debemos usar el mismo tratamiento de belleza, lo tendremos que adaptar dependiendo de las necesidades de nuestra piel en cada momento.
<>Para comenzar con una rutina de belleza facial perfecta, como ya conocemos nuestra piel toca identificar la textura más adecuada del producto que vamos a aplicar, y qué carencias presentamos para tratarlas por orden de prioridad. Nuestra rutina deberíatener los siguientes pasos: limpieza, hidratación y protección solar. Si lo deseamos añadimos maquillaje.
Los limpiadores son esenciales en el día a día para eliminar la suciedad del rostro, los restos de maquillaje, exceso de sebo, contaminación, etc. Permitirá que los pasos que sigamos en nuestra rutina posteriormente penetren con más facilidad. Es importante cumplir tanto la limpieza diaria como la semanal.
Dos veces al día, mañana y noche, siendo la limpieza nocturna la más importante, ya que en ella se va a retirar mayor cantidad de impurezas y suciedad.
- Piel seca: leches limpiadoras.
- Piel mixta: cualquier producto, la elección dependerá dela sensación que a la persona le gustaría conseguir.
- Piel grasa: limpiadores ligeros como agua micelar o con activos seborreguladores.
- Piel sensible: limpiadores con la menos cantidad de tensioactivos posibles o tensioactivos anfóteros o no iónicos.
Lo que denominamos exfoliación. La exfoliación es un paso necesario para barrer toda esa acumulación de células muertas. Aplicar un exfoliante es muy sencillo y puedes realizarlo en casa. Primero debemos humedecer la piel y aplicar el exfoliante realizando pequeños masajes circulares para que las micropartículas del producto ejerzan la acción abrasiva propia de una exfoliación. Esperamos unos minutos y posteriormente se enjuaga con abundante agua y secamos.
Los productos hidratantes están recomendados para personas que presentan un nivel considerable de sequedad (piel seca o muy seca). Todos los factores externos que nos rodean, o nuestra propia genética, van a influir en el porcentaje de hidratación que presente nuestra piel. Son aquellas cremas que nutren las células de nuestra piel a base de lípidos y agua. Mantienen nuestra piel más suave, tonificada, elástica y con el brillo que caracteriza a una piel sana.
Las cremas hidratantes por sí solas pueden mejorar la apariencia de la piel, haciendo que las arrugas y líneas de expresión sean menos visibles. Pero si queremos tratar más allá tenemos que sumergirnos en el mundo de las cremas antiarrugas. Éstas son, por lo general, cremas hidratantes pero asociadas a otros componentes activos más potentes. La eficacia del producto que usemos dependerá del tipo de piel que tengamos y de los ingredientes activos que aparezcan en su composición. Los más utilizados en cosmética son los siguientes:
Podemos encontrar el ácido retinoico, la forma más pura y activa, y el retinol, una forma menos activa pero a la vez menos irritante. Destaca su poder de renovación y por aportar firmeza por estimular la síntesis de colágeno.
Actúa como un potente antioxidante, bloqueando a los radicales libres. Ayudará a proteger nuestra piel de los daños solares y a reducir las finas líneas de expresión y arrugas.
Otro importante antioxidante, polifenol presente, por ejemplo, en las uvas. Estimula la producción de las enzimas antioxidantes propias de nuestro cuerpo.
Ayuda a reducir las arrugas finas, muy eficaz en las que aparecen alrededor de los ojos.
Eliminan células muertas de la piel. Van a preparar la piel para la mejor absorción de otros productos y estimula el crecimiento de nueva piel más lisa y con un tono uniforme. También se ha demostrado que reduce arrugas y líneas de expresión. Los AHA más usados en cosmética son: ácido glicólico, ácido láctico, ácido cítrico, ácido tartárico y ácido málico.
Las manchas son una de las principales preocupaciones faciales. Pueden aparecer a edades muy tempranas por la exposición al sol, toma de ciertos medicamentos o cambios hormonales. La prevención es fundamental, pero cuando ya han aparecido hay que recurrir a una crema despigmentante.
Las cremas despigmentantes actúan directamente sobre las zonas hiperpigmentadas, inhibiendo la producción de melanina, que es la responsable de que aparezcan esas manchas. Los activos más utilizados en este tipo de cosméticos son: hidroquinona, ácido kójico, ácido azelaico, ácido retinoico, ácido glicólico, niacinmida o vitamina C.
El acné es un trastorno de la piel que se da con la obstrucción de los folículos pilosos con sebo y células muertas. A menudo ocasionan la aparición de espinillas y puntos negros, siendo la cara una de las zonas más afectadas, aunque también puede aparecer acné en el pecho, la espalda o los hombros. Lo más común es que lo sufran adolescentes, pero puede aparecer a cualquier edad.
Si los remedios de cuidado personal no te ayudan a eliminar el acné deberíamos asistir a la consulta de un dermatólogo, aunque primero debemos seguir una rutina diaria con cosméticos. Estos productos pueden incluir en su composición algunos exfoliantes como el azufre, ácido salicílico o el ácido glicólico. Además de otros activos, entre los cuales aparecen el peróxido de benzoilo, ácido azelaico o retinoides (tretinoína, isotretinoína y adapaleno).
La atopía es una enfermedad de la piel que cursa con picor, irritación o descamación debido a la gran deshidratación que presenta. Afecta principalmente a bebés y niños, en menor medida a los adultos. Es muy importante entender que es una enfermedad crónica, que va por brotes y para la cual no existe una terapia milagrosa. Necesitamos combinar una serie de cuidados higiénicos con dermatológicos en caso necesario. (Visita nuestro blog sobre dermatitis atópica para saber más).
<>Las rojeces aparecen por alteraciones en la función barrera de la piel, que genera una sensibilidad especial. Provoca enrojecimiento, irritación, picor y fragilidad de la zona afectada. Suele parecer en las mejillas, nariz y sus alrededores y es más frecuente en mujeres, aunque en los hombres que la padezcan los síntomas serán más graves.
En estos casos se debe limpiar el rostro con productos que no necesiten aclarado ni necesidad de frotar. Ideales limpiadores enriquecidos con activos calmantes e hidratantes como las aguas termales, el glicerol, la niacinamida o la alantoína. Respecto a las cremas se aconseja usar texturas ligeras y activos que restauren la barrera cutánea como la glicerina, el ácido hialurónico o derivados de la filagrina. También tenemos que buscar activos calmantes y reguladores de la microcirculación (niacinamida, ácido azelaico, alantoína, extractos de plantas como el ruscus, centella asiática, etc.).
Las amollas faciales son un cóctel intensivo de energía y luz para tu rostro. Muchas de ellas contienen proteoglicnos, moléculas que humectan la piel y restauran la epidermis, junto a vitamiva C, potente antioxidante que aporta luminosidad a la piel. No solo existen ampollas con esta composición, siendo cierto que son las más usadas. En nuestra página online descubrirás una gran variedad de productos en forma de ampollas para que encuentres la más adecuada para ti. Otro grupo de ampollas muy demandadas son las ampollas flash, formuladas para proporcionar un intenso efecto lifting que se mantiene durante al menos 8 horas.
Las mascarillas se emplean de manera puntual para complementar de forma sencilla nuestro ritual de belleza. Los beneficios para cada piel vienen determinados por los activos que componen la mascarilla:
• Piel seca: mascarilla hidratante.
• Piel acnéica: mascarilla purificante y calmante.
• Piel con rojeces: mascarilla hidratante y calmante.
• Piel fotoenvejecida: mascarilla antioxidante.
• Piel con manchas: mascarilla que unifiquen el tono.
El maquillaje es la práctica de decorar tu rostro u otras partes visibles de la piel para tapar imperfecciones o resaltar rasgos que nos gusten de nuestro cuerpo. Antes de aplicar el maquillaje tenemos que tener en cuenta varios factores: tipo de piel, tono que deseamos conseguir o la edad, para conseguir que el resultado final sea lo más natural posible. Existen dos tipos productos para maquillarte: fluidos y compactos, cuya elección estará regida por nuestro tipo de piel. El maquillaje compacto se presenta con una base en polvo que consigue cubrir tu imperfecciones pero dejando un aspecto muy natural. Idóneo para pieles grasas o con tendencia acnéica. Mientras que en el maquillaje fluido la base es mucho más acuosa, así que la sensación que deja en nuestra piel es de mayor hidratación, ideal para pieles secas o normal/mixta.
Recuerda que solo tú serás la persona que sepa exactamente el tratamiento que mejor cuida tu piel. Visita nuestra parafarmacia online para encontrar los productos necesarios para lucir una piel radiante.